La actitud hecha persona, ese es Santi. Lo conocí en 2005, él había finalizado un Curso de Gestión Cultural, culminando el mismo con unas prácticas que tutoricé. Llegó para dos meses y se quedó cinco años.
¿Cuál fue el secreto de su éxito? Como profesor he aprendido que los alumnos que mejor preguntan, son los que llegan lejos. Santi preguntaba muy bien. Esta virtud unida a su iniciativa y capacidad de trabajo le hizo una persona que siempre sumaba, una pieza indispensable en nuestro equipo.
Desde entonces ha pasado por diversas instituciones y empresas culturales, ha adquirido experiencia en escenarios múltiples y, a veces, complejos. Una trayectoria que le ha servido para atesorar una de los mejores activos cuando se trabaja en cultura: criterio.