Personal
Además de dedicarme a la gestión cultural y a la museología, tengo que deciros que en mi parcela más personal tengo que decir que soy un apasionado del arte, ya sea en su manifestación plástica como en movimiento. Me divierto mucho en los museos cuando consigo abstraerme del trabajo e ir solo como visitante. He sido también florista y encargado de una tienda de moda masculina (ambas ocupaciones con negocio propio), así como vendedor, modelo de bellas artes, camarero y temporero entre otras muchas cosas.
Me encanta cantar y no lo hago bien. Me encanta bailar y no lo hago bien. Me encanta el bricolaje y tampoco me defiendo en todo, pero tengo claro que la voluntad muchas veces suple la falta de destreza y las ganas de aprender la carencia de habilidades previas.
Tengo unos tacones rojos
Son colorados y brillantes, tienen plataforma por delante y un tacón de aguja que me suplementa 16 centímetros, llegando a alcanzar los 2 metros de altura. No los uso con frecuencia, pero subirme en ellos es para mí un rito terapéutico. Con ellos en mis pies soy capaz de salir de mi mismo, verme con descaro, replantearme mi zona de confort y reírme de casi todo. Porque nada es tan grave para que nos termine arrastrando y si hay que escoger una actitud para el futuro, siempre escogeré elevarme. A eso mis tacones siempre me ayudan.